Un paseo por el alma de Vélez-Málaga: su casco histórico

El casco histórico de Vélez-Málaga es el alma viva de la ciudad y uno de los conjuntos monumentales más valiosos de la provincia de Málaga. Pasear por sus calles es hacer un viaje en el tiempo, donde cada rincón guarda una historia, una leyenda o una tradición que ha dado forma a la identidad veleña. Vélez-Málaga tiene sus raíces en la época andalusí, cuando se convirtió en una de las ciudades más prósperas del Reino de Granada. Sus murallas, la alcazaba y el trazado urbano todavía conservan la esencia de aquella época, con calles estrechas y empedradas que suben y bajan entre casas blancas y miradores. Tras la Reconquista, la ciudad experimentó una profunda transformación: se levantaron iglesias, conventos y palacios que hoy forman parte de su patrimonio artístico. En cada fachada se perciben siglos de historia, mezcla de culturas y la evolución de un pueblo que siempre ha sabido mirar hacia el futuro sin perder su esencia. Entre los monumentos más representativos del casco antiguo destacan la Alcazaba, antigua fortaleza árabe desde la que se obtienen unas vistas espectaculares del valle y del mar; la Iglesia de Santa María la Mayor, joya del gótico-mudéjar construida sobre una antigua mezquita; el Palacio de Beniel, edificio renacentista que hoy alberga la Fundación María Zambrano; y el Convento de San Francisco y la Iglesia de San Juan Bautista, símbolos de la fe y la historia local. Cada uno de estos lugares forma parte de la identidad veleña y refleja la riqueza cultural que hace de Vélez-Málaga un destino lleno de alma. Lo que hace especial al casco histórico no es solo su valor arquitectónico, sino su ambiente auténtico. Las plazas, las tiendas locales, los bares con encanto y los eventos culturales mantienen viva la esencia de un centro histórico habitado, lleno de vida y de historias que siguen escribiéndose cada día. En primavera y verano, las calles se llenan de flores, de música y de visitantes que descubren la magia de perderse sin mapa. Desde el Cerro de San Cristóbal hasta el Museo de Vélez-Málaga, cada rincón tiene algo que contar. El casco histórico es mucho más que un conjunto de monumentos: es el corazón de la Axarquía, el punto donde convergen la tradición, la cultura y la hospitalidad de su gente. Visitarlo es descubrir la autenticidad de Andalucía oriental, un lugar donde el tiempo parece ir más despacio y donde cada visitante encuentra algo diferente: inspiración, historia, arte o simplemente paz.